La ecografía se ha convertido en un estudio habitual e imprescindible para tener un seguimiento preciso del desarrollo del bebé. Es un método de diagnóstico muy fiable que detecta, de manera precoz, posibles alteraciones en el embarazo y confirma que todo evoluciona a la perfección.
¿Para qué sirve?
La ecografía sirve para confirmar el embarazo y para determinar si su ubicación es intra o extrauterina. Además, permite examinar el desarrollo normal del bebé, calcular su peso y observar donde se halla implantada la placenta. Mediante la ecografía, la futura mamá puede tener un primer contacto con su bebé, ya que puede verlo y oír los latidos, a partir de la sexta o séptima semana de gestación. Este procedimiento permite, también, conocer el sexo antes del parto.
¿Qué más puede detectar?
La ecografía tiene otros empleos. Sirve para diagnosticar diversas patologías, como miomas uterinos, quistes de ovario, trastornos renales y del aparato digestivo. Además, permite constatar la ovulación y la concepción, el embarazo ectópico, interrumpido o múltiple, la edad gestacional en mujeres con ciclos irregulares, anomalías congénitas, alteraciones en el tubo neural, el riñón y el aparato urinario, malformaciones gastrointestinales y defectos de cierre de la piel o pared abdominal del bebé.
La ecografía se emplea para controlar la biopsia coriónica, es una técnica de obtención de células del corion – futura placenta – que, al tener la misma composición genética que el bebé permite analizar los cromosomas y hacer un diagnóstico precoz de su número y estructura; o la amniocentesis. En caso de hemorragias, permite hacer un diagnóstico preciso por la posibilidad de observar tanto la ubicación de la placenta como la vitalidad del feto.
También se usa para efectuar una prueba especial denominada ecodoppler, que permite precisar el flujo sanguíneo del útero y la circulación de las arterias fetales y los vasos del cordón umbilical.
¿La ecografía puede dañar al bebé?
La ecografía es inofensiva y no se ha demostrado que provoque ningún efecto adverso para el bebé o para la madre. De todos modos, se recomienda no abusar, y solo realizar las necesarias.
¿Cómo se realiza una ecografía?
Existen dos tipos de ecografía: la abdominal, que se realiza a través del abdomen materno, para la cual es necesario que la vejiga este llena para visualizar mejor la zona uterina.
La otra es la ecografía transvaginal, que se lleva a cabo para exámenes ginecológicos y durante el primer trimestre de la gestación. Se inserta un dispositivo de ultrasonido dentro de la vagina (es del tamaño de un lápiz y está cubierto por un cartucho descartable). No se requiere retener en la vejiga.
Ambas técnicas se realizan en posición acostada, y se pueden observar las imágenes por una pantalla. Una vez finalizada la ecografía, se le entrega un informe escrito y un CD con las imágenes tomadas del bebé.
¿Cuántas ecografías debe realizarse la futura mama?
Es recomendable realizarse tres ecografías durante un embarazo normal. La primera, entre las 6 y 12 semanas, para confirmar el embarazo; entre las 16 y las 20 semanas, para el diagnóstico de anomalías detales y conocer el sexo; y la tercera, luego de las 32 semanas, para controlar el crecimiento fetal.
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Con mucho cariño,
Yen