En determinadas circunstancia, pueden ocurrir ciertas complicaciones en el curso del embarazo que implican cierta gravedad. Éstas pueden ir desde infecciones controlables hasta dificultades que ponen en riesgo la salud de la mamá y el bebé. 

A continuación, detallamos las que suelen ser más frecuentes.

Embarazo múltiple

Se le llama embarazo múltiple a la gestación de más de un feto en forma simultánea. Si se origina a partir de la fecundación de un solo ovulo que luego se divide, los fetos son gemelos idénticos. Pueden existir una o dos placentas, según la fecha en la que se separaron. Di la separación no se completó, es posible que nazcan siameses, y se llama embarazo univitelino. En el embarazo bivitelino ocurre la fecundación de dos óvulos diferentes en un mismo ciclo menstrual, pueden ser de sexo distinto (se los denomina mellizos). La frecuencia de los embarazos gemelares es baja: 1 de 80 a 120 embarazos únicos.

La duración de los embarazos múltiples y el peso de los recién  nacidos es menor que en los embarazos únicos. Hacia la semana 8 de gestación, ya se puede diagnosticar ecográficamente un embarazo múltiple. Se lo considera un embarazo de alto riesgo debido a que se asocia con parto prematuro y complicaciones como la preeclampsia.

Desprendimiento de placenta

Cuando la placenta se despega de la pared del útero antes del parto, se produce una hemorragia en la zona comprendida entre la pared uterina y la placenta. Esta hemorragia forma un coágulo de tamaño variable, que contribuye a separar la placenta cada vez más.

Provoca un dolor muy intenso en el abdomen acompañado de endurecimiento del útero. También puede aparecer un sangrado oscuro por la vagina. Se la considera una complicación grave en el último trimestre del embarazo, porque la placenta se desprende totalmente. Por ese motivo, se realiza una cesárea de urgencia.

Placenta previa

Cuando la placenta cubre una parte o toda la región interna de la abertura del cuello uterino, se llama placenta previa. Ocurre en aproximadamente 1 de cada 200 embarazos.

Es más frecuente en mujeres fumadoras, que consumen cocaína o que con mayores de 35 años de edad. Se diagnostica mediante una prueba de ultrasonido de rutina, en el segundo trimestre, y se corrige sola hacia el final del embarazo. En algunos casos, se produce un sangrado indoloro por la vagina. Se recomienda la cesárea, por el alto riesgo de hemorragia.

Infecciones urinarias

Es una de las complicaciones infecciosa más común durante el embarazo debido a las alteraciones que se producen en el aparato urinario. Cuando se distiende el musculo liso de los uréteres, impide que la orina llegue de forma adecuada a la vejiga para ser eliminada.

A su vez, la presión que ejerce el útero sobre la vejiga lesiona su cubierta interna y dificulta que se vacíe por completo cada vez que orinas. Los síntomas son picazón y necesidad frecuente de orinar, fiebre y dolor en el bajo vientre. Esta infección, aun cuando no presenta síntomas, puede poner en riesgo a la futura mamá al desencadenar una infección urinaria más complicada, como la pielonefritis, o bien provocar un parto prematuro.

Un vez que se diagnostica, se prescribirán antibióticos para eliminarla.

PREVENIR INFECCIONES

Probablemente, te harán controles de laboratorio para diagnosticar signos de infección, como un recuento de glóbulos blancos o un cultivo de secreción vaginal para identificar los gérmenes que allí se encuentran. Si se sospecha infección, se inducirá el trabajo de parto para evitar mayores riesgos para el bebé.

PARA TENER EN CUENTA

La rotura de bolsa sin que se inicie el trabajo puede dejar expuesto a tu bebé a la contaminación con gérmenes y contraer infecciones.

Espero que la información te haya sido útil, no olvides dejar tus comentarios y compartirla.

Con mucho cariño,

Yen

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